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HOUSE: Mi Diagnostico Final

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Han pasado varios años desde que todo empezó. Aún recuerdo, fue en mis épocas “sin cable” cuando sintonicé Canal 2 pasada la medianoche (eran las épocas de “24”) y me topé con este doctor, sin quererlo. Aquí estoy, 8 temporadas después, para decirle adiós a una de las series de TV, para ser más preciso a uno de los personajes que más me ha cautivado en lo que tengo de vida: Dr. House.
Nunca he sido fan de los héroes o modelos a seguir (Superman, McGyver y demás), de esa estirpe de gente amable, que busca hacer el bien por “el camino correcto”, quizá por eso este personaje agrio, grosero, cínico y manipulador capturó mi atención. Su estilo de vida, su aspecto descuidado, su arrogancia, su soledad y brutal honestidad desplegada en cada capítulo eran como la cerveza un sábado por la noche, “terminas una y vas por más”. 

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House, nunca buscó ser feliz. La felicidad era aburrida para él. Las dificultades que uno atraviesa para buscar la felicidad son más interesantes. Una de las razones más provocadoras era ese “orgullo” elevadísimo, propio de su personalidad. Entre orgullosos nos entendemos. Y eso lo hacía suponer antes que preguntar, imaginar antes de descubrir, por eso su vida estuvo llena de desafíos y acertijos, los pacientes no eran seres humanos para él, sino retos mentales; sociabilizar o conversar con ellos le importaba “un carajo” y cuando lo hacía era para persuadir, de la manera más miserable, a que acceda al tratamiento que le salvará la vida. La fe no ayuda, las oraciones no curan, Dios no te da la vida, Dios no te la quita tampoco... el error de un doctor sí.

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Voy a extrañar esa forma brutal de decir la verdad. Su manera de negar a Dios en sus decisiones. La forma como hacía renegar a Foreman, sus constantes indirectas sexuales a Cuddy, las burlas constantes al pequeño Taub y su seguridad aplastante cuando hacia quedar mal a Cameron “porque quería hacer lo correcto”. A ella no la voy a echar de menos, su visión tan patéticamente romántica de la vida, llena de sinceridad y amor, no es algo que despierte mi admiración. Como decía House con su célebre frase “Everybody Lies”. Yo lo hago.
Creo que pasará algún tiempo antes que una serie pueda remplazar a esta, y pasará mucho más para que un personaje tan antagónico resulte tan atractivo para todos. A pesar de no ser “un chico bueno”, siempre hacía lo correcto y eso era lo que importaba.

, 9:06 p. m.

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